En la era actual donde el trabajo remoto se ha convertido en una constante, es imperativo entender que la seguridad cibernética ha sobrepasado las barreras de ser un asunto meramente tecnológico; se ha transformado en un asunto de confianza humana y organizacional.
La premisa de que los equipos de trabajo dispongan de sistemas seguros desde el comienzo es un fundamento crítico para la gestión empresarial. Asimismo, la garantía de que los datos de los clientes están seguros y que los empleados tienen el respaldo de sistemas robustos no es menos crucial.
Para alcanzar una seguridad efectiva, las empresas deben integrar la confianza como un pilar en su cultura y operación, abarcando todas las descripciones de puestos de trabajo.
Lakshmi Hanspal, de Harvard Business Review, nos ofrece cuatro tácticas que los líderes empresariales y tecnológicos deben adoptar para solidificar la confianza a lo largo de su ecosistema de trabajo a distancia:
Liderazgo con comprensión: El reconocimiento de un mundo imperfecto nos lleva a apreciar que la confianza radica principalmente en la comprensión y las relaciones interpersonales. La construcción de la confianza es un proceso continuo que exige escuchar, aprender y liderar con empatía.
Capacitación para la toma de decisiones informadas: Los métodos de seguridad no deben ser vistos como barreras, sino como facilitadores de la productividad y la eficiencia. Una estrategia centrada en soluciones de seguridad que se integren sin problemas en los flujos de trabajo cotidianos es esencial.
Identificación de prioridades: No toda la información requiere el mismo nivel de protección. Es fundamental identificar los datos críticos y aplicar los controles de seguridad adecuados, diferenciando así lo fundamental de lo accesorio y optimizando los recursos de seguridad.
Respeto por las distracciones: Reconociendo que la distracción puede ser un factor de riesgo, la educación y la concienciación continuas son clave para convertir a los usuarios finales en defensores de la seguridad. La implementación de políticas claras y una comunicación constante fortalecen una cultura de seguridad resiliente, incluso en circunstancias desafiantes.
Las empresas no están solas en este esfuerzo; pueden y deben buscar apoyo externo para incorporar el refuerzo de la seguridad de forma orgánica en su operación.
Esta enfoque proactivo no solo crea un ambiente laboral seguro sino que promueve una postura de seguridad sustentada en la confianza, un activo invaluable más allá de cualquier inversión económica.
Ciberseguridad ¿es (sólo) un problema tecnológico?
En la era actual donde el trabajo remoto se ha convertido en una constante, es imperativo entender que la seguridad cibernética ha sobrepasado las barreras de ser un asunto meramente tecnológico; se ha transformado en un asunto de confianza humana y organizacional.
La premisa de que los equipos de trabajo dispongan de sistemas seguros desde el comienzo es un fundamento crítico para la gestión empresarial. Asimismo, la garantía de que los datos de los clientes están seguros y que los empleados tienen el respaldo de sistemas robustos no es menos crucial.
Para alcanzar una seguridad efectiva, las empresas deben integrar la confianza como un pilar en su cultura y operación, abarcando todas las descripciones de puestos de trabajo.
Lakshmi Hanspal, de Harvard Business Review, nos ofrece cuatro tácticas que los líderes empresariales y tecnológicos deben adoptar para solidificar la confianza a lo largo de su ecosistema de trabajo a distancia:
Liderazgo con comprensión: El reconocimiento de un mundo imperfecto nos lleva a apreciar que la confianza radica principalmente en la comprensión y las relaciones interpersonales. La construcción de la confianza es un proceso continuo que exige escuchar, aprender y liderar con empatía.
Capacitación para la toma de decisiones informadas: Los métodos de seguridad no deben ser vistos como barreras, sino como facilitadores de la productividad y la eficiencia. Una estrategia centrada en soluciones de seguridad que se integren sin problemas en los flujos de trabajo cotidianos es esencial.
Identificación de prioridades: No toda la información requiere el mismo nivel de protección. Es fundamental identificar los datos críticos y aplicar los controles de seguridad adecuados, diferenciando así lo fundamental de lo accesorio y optimizando los recursos de seguridad.
Respeto por las distracciones: Reconociendo que la distracción puede ser un factor de riesgo, la educación y la concienciación continuas son clave para convertir a los usuarios finales en defensores de la seguridad. La implementación de políticas claras y una comunicación constante fortalecen una cultura de seguridad resiliente, incluso en circunstancias desafiantes.
Las empresas no están solas en este esfuerzo; pueden y deben buscar apoyo externo para incorporar el refuerzo de la seguridad de forma orgánica en su operación.
Esta enfoque proactivo no solo crea un ambiente laboral seguro sino que promueve una postura de seguridad sustentada en la confianza, un activo invaluable más allá de cualquier inversión económica.
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