Hoy en nuestro país se vive un proceso de constantes cambios en materia legislativa. El tema de la reforma energética ya lo tocamos en un artículo en el pasado donde abordaba diversas consideraciones que las empresas pueden implementar para ayudar a dar certeza y servicio a sus clientes.
Ahora algunos legisladores nos han metido en el brete de la miscelánea fiscal. No voy a entrar en detalles políticos, porque no se es el propósito de este artículo. Lo que sí quiero proponer es un mecanismo en el que las empresas pueden alcanzar logros de ahorro de recursos que les permitan sortear de mejor manera los retos que supone esta miscelánea claramente retrógrada.
Cómo resultado de la pandemia, las empresas que han sabido salir adelante, han implementado diversas formas muy creativas para lograr ejecutar sus actividades operacionales de manera más eficiente. El escenario que nos plantean los negocios hoy en día es uno en donde los clientes pueden estar en cualquier parte del mundo, pero también los colaboradores viven esa misma realidad. Están situados en sus casas llevando a cabo las tareas profesionales propias de su trabajo.
Adicionalmente las empresas ahora tienen que llevar a cabo proyectos de una duración distinta a la que previo a la pandemia, lo venían haciendo. Esta situación plantea necesidades muy particulares de discontinuidad en el uso de recursos informáticos, que los colaboradores a distancia requieren. Resulta muy costoso estar adquiriendo equipos de cómputo personal para estos colaboradores haciendo home office, para tan sólo un periodo de tiempo relativamente corto. El hecho de adquirirlos, enviarlos al lugar de residencia de los colaboradores, darles mantenimiento en sus casas, y una vez terminado el proyecto recolectarlos de regreso, supone una logística que involucra costos para los que la empresa no necesariamente está preparada.
Si tan sólo se pudiera tener un mecanismo en donde se pudieran rentar computadoras para los colaboradores operando desde sus casas, pero sin tener que hacer envíos de ida y vuelta, sin tener que incurrir en costos de mantenimiento innecesarios, sin asumir la obsolescencia tecnológica, sin preocuparse por licenciamiento de Windows o de un antivirus, pero además que se pudiera pagar por el uso de estos recursos sólo cuando sean usados, sería el Disneylandia de los departamentos de sistemas de las empresas.
Este escenario permitiría a las empresas tener una agilidad que antes no tenían, una disminución de gastos que nunca se recuperan, además de poder dar una atención al cliente mucho más rápida y eficiente. Y esto se convertiría en un Disneylandia para el empresario.
La buena noticia es que este mecanismo ya existe. Éste concepto es llamado “escritorios en la nube”. Éste concepto se refiere a que las empresas pueden disponer de equipos de cómputo personal armados y disponibles en la nube, qué se activan cuando los colaboradores los necesitan, y se apagan cuando ya no son más necesarios. Esto quisiera decir que los equipos pudieran estar encendidos y disponibles para su uso en rangos de horario muy clara y específicamente definidos. Un ejemplo sería de 9am a 2pm y de 4pm a 8pm. Y la empresa en este caso solamente estaría pagando el uso de nueve horas de cómputo personal, el resto de las 15 horas del día no es necesario pagar por su uso.
¿ Te puedes imaginar los ahorros que esto supone?. ¿ te puedes imaginar la agilidad con la que los trabajadores pudieran hacer sus tareas mediante este esquema?. Todas estas son las bondades que el uso correcto de la tecnología en la nube nos ofrece hoy como una realidad, a la que los empresarios de cualquier tamaño pueden acceder sin ningún problema.
Y cómo hacer esa del pastel, el tipo de manejo fiscal de este recurso es como costos de operación, y no como inversión que se deprecia en el tiempo. Pero además tampoco es necesario estar obligado bajo un periodo de obligatoriedad como cuando se hace uso de planes de arrendamiento de computadoras para la oficina. Claramente esto implica una ventaja cuando los proyectos duran menos tiempo que el tiempo obligatorio del arrendamiento de las computadoras implica.
Sígueme en mis siguientes artículos para más ideas estratégicas de transformación digital y comparte esta información a quienes les sea de utilidad. Aquí te platico un poco más:
La Miscelánea Fiscal y las Computadoras
Hoy en nuestro país se vive un proceso de constantes cambios en materia legislativa. El tema de la reforma energética ya lo tocamos en un artículo en el pasado donde abordaba diversas consideraciones que las empresas pueden implementar para ayudar a dar certeza y servicio a sus clientes.
Ahora algunos legisladores nos han metido en el brete de la miscelánea fiscal. No voy a entrar en detalles políticos, porque no se es el propósito de este artículo. Lo que sí quiero proponer es un mecanismo en el que las empresas pueden alcanzar logros de ahorro de recursos que les permitan sortear de mejor manera los retos que supone esta miscelánea claramente retrógrada.
Cómo resultado de la pandemia, las empresas que han sabido salir adelante, han implementado diversas formas muy creativas para lograr ejecutar sus actividades operacionales de manera más eficiente. El escenario que nos plantean los negocios hoy en día es uno en donde los clientes pueden estar en cualquier parte del mundo, pero también los colaboradores viven esa misma realidad. Están situados en sus casas llevando a cabo las tareas profesionales propias de su trabajo.
Adicionalmente las empresas ahora tienen que llevar a cabo proyectos de una duración distinta a la que previo a la pandemia, lo venían haciendo. Esta situación plantea necesidades muy particulares de discontinuidad en el uso de recursos informáticos, que los colaboradores a distancia requieren. Resulta muy costoso estar adquiriendo equipos de cómputo personal para estos colaboradores haciendo home office, para tan sólo un periodo de tiempo relativamente corto. El hecho de adquirirlos, enviarlos al lugar de residencia de los colaboradores, darles mantenimiento en sus casas, y una vez terminado el proyecto recolectarlos de regreso, supone una logística que involucra costos para los que la empresa no necesariamente está preparada.
Si tan sólo se pudiera tener un mecanismo en donde se pudieran rentar computadoras para los colaboradores operando desde sus casas, pero sin tener que hacer envíos de ida y vuelta, sin tener que incurrir en costos de mantenimiento innecesarios, sin asumir la obsolescencia tecnológica, sin preocuparse por licenciamiento de Windows o de un antivirus, pero además que se pudiera pagar por el uso de estos recursos sólo cuando sean usados, sería el Disneylandia de los departamentos de sistemas de las empresas.
Este escenario permitiría a las empresas tener una agilidad que antes no tenían, una disminución de gastos que nunca se recuperan, además de poder dar una atención al cliente mucho más rápida y eficiente. Y esto se convertiría en un Disneylandia para el empresario.
La buena noticia es que este mecanismo ya existe. Éste concepto es llamado “escritorios en la nube”. Éste concepto se refiere a que las empresas pueden disponer de equipos de cómputo personal armados y disponibles en la nube, qué se activan cuando los colaboradores los necesitan, y se apagan cuando ya no son más necesarios. Esto quisiera decir que los equipos pudieran estar encendidos y disponibles para su uso en rangos de horario muy clara y específicamente definidos. Un ejemplo sería de 9am a 2pm y de 4pm a 8pm. Y la empresa en este caso solamente estaría pagando el uso de nueve horas de cómputo personal, el resto de las 15 horas del día no es necesario pagar por su uso.
¿ Te puedes imaginar los ahorros que esto supone?. ¿ te puedes imaginar la agilidad con la que los trabajadores pudieran hacer sus tareas mediante este esquema?. Todas estas son las bondades que el uso correcto de la tecnología en la nube nos ofrece hoy como una realidad, a la que los empresarios de cualquier tamaño pueden acceder sin ningún problema.
Y cómo hacer esa del pastel, el tipo de manejo fiscal de este recurso es como costos de operación, y no como inversión que se deprecia en el tiempo. Pero además tampoco es necesario estar obligado bajo un periodo de obligatoriedad como cuando se hace uso de planes de arrendamiento de computadoras para la oficina. Claramente esto implica una ventaja cuando los proyectos duran menos tiempo que el tiempo obligatorio del arrendamiento de las computadoras implica.
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